Economía y miedos
- T+
- T-
Rafael Mies
Numerosas reacciones ha generado el titular del Wall Street Journal que señala que la reforma tributaria sería un atentado al “milagro chileno”.
No cabe duda que una declaración así “duele y asusta”. Más allá de los argumentos técnicos, por los que se pueda decir que ese periódico está equivocado o en lo cierto, este tipo de noticias no solo hacen un daño enorme a la imagen país sino que pueden afectar directamente las decisiones de inversión y con ellos importantes variables de nuestra estabilidad económica y social.
Alguno se preguntará, ¿pero qué tanto perjuicio puede producir un titular como ese?. Mi opinión es que puede hacer mucho daño ya que, como es sabido, la emoción juega un papel esencial en la economía y en las decisiones de sus agentes, y un artículo como este produce en numerosas personas incertidumbre y pensamientos negativos acerca del futuro.
En esta línea es bueno recordar a John Keynes y su libro “Teoría general del dinero”, donde describe magistralmente como la emoción influye en el comportamiento humano y en las decisiones tanto de los inversionistas como de los consumidores. Valga la cita: “Aún haciendo a un lado la inestabilidad debida a la especulación, hay otra inestabilidad que resulta de las características de la naturaleza humana: que gran parte de nuestras actividades positivas dependen más del optimismo espontáneo que de una expectativa matemática…y sus resultados sólo pueden considerarse como el efecto de los espíritus animales”.
A lo que hace referencia Keynes es que en muchos sentidos la economía es fruto de círculos virtuosos o viciosos fuertemente arraigados en la emocionalidad humana. Si la emoción es miedo, el inversionista dejará de invertir y se producirá un freno real en la economía que solo confirmará su pesimismo.
Lo que señala Keynes es real y criticar al Wall Street Journal por su artículo, no tiene mucho sentido. De alguna manera sería como tratar de matar el mensajero. Lo escrito escrito está y creo que es mejor hacerse cargo y tratar de revertir sus efectos.
Por ello, una tarea esencial de todos es procurar un clima interno de optimismo y de expectativas alentadoras. En esto, el actual gobierno no solo tiene una responsabilidad económica y moral sino además todas las herramientas para crear este clima positivo.
Como pocas veces hay un consenso en que al país le hace bien una mayor recaudación fiscal para financiar programas sociales clave. Sin embargo, es importante tener la capacidad de entender que la forma de hacerlo es compleja y que todas las opiniones bien intencionadas pueden ayudar.
La actual administración está a tiempo de promover un clima favorable frente a todas sus iniciativas. Si permite una discusión profunda y seria de todos los temas; si está dispuesta a aceptar recomendaciones útiles, la estabilidad económica no solo estará garantizada sino muchas de sus propuestas realizadas.